Rituales que despiertan el alma. Tés y velas aromáticas para conectar con tu esencia, crear momentos sagrados y elevar tu energía cada día.

DESCRIPCIÓN: Apagar una vela puede ser, más que una acción, un ritual. El apaga velas es una herramienta antigua y elegante que permite extinguir la llama sin soplarla, evitando dispersar cera o generar humo. Su uso es sencillo pero lleno de intención.


DIMENSIONES: 5 cm a 7cm de largo y 2 cm a 4 cm de ancho


MARCA: Vidriolandia.


MATERIAL: Acero Inoxidable.


MODO DE USO:


  1. Acércalo con calma: Toma el apaga velas por el extremo largo (la parte del diseño decorativo) como si fuera una extensión de tu mano. Respira profundo. Hazlo con presencia.
  2. Cubre la llama suavemente: Acércalo vertical u oblicuamente hasta que la pequeña campana metálica (la parte hueca) cubra la llama por completo. La falta de oxígeno la apagará en unos segundos.
  3. Retira y agradece: Una vez que la llama se extingue, retira con suavidad. Puedes aprovechar este instante para agradecer, cerrar tu intención o simplemente disfrutar del silencio que deja la luz.


Este gesto no solo es práctico —protege la mecha, reduce el humo y evita accidentes—, sino que también se convierte en una forma de honrar el fuego, ese aliado ancestral en nuestras prácticas botánicas, rituales y momentos de introspección.

Apaga Velas

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DESCRIPCIÓN: Apagar una vela puede ser, más que una acción, un ritual. El apaga velas es una herramienta antigua y elegante que permite extinguir la llama sin soplarla, evitando dispersar cera o generar humo. Su uso es sencillo pero lleno de intención.


DIMENSIONES: 5 cm a 7cm de largo y 2 cm a 4 cm de ancho


MARCA: Vidriolandia.


MATERIAL: Acero Inoxidable.


MODO DE USO:


  1. Acércalo con calma: Toma el apaga velas por el extremo largo (la parte del diseño decorativo) como si fuera una extensión de tu mano. Respira profundo. Hazlo con presencia.
  2. Cubre la llama suavemente: Acércalo vertical u oblicuamente hasta que la pequeña campana metálica (la parte hueca) cubra la llama por completo. La falta de oxígeno la apagará en unos segundos.
  3. Retira y agradece: Una vez que la llama se extingue, retira con suavidad. Puedes aprovechar este instante para agradecer, cerrar tu intención o simplemente disfrutar del silencio que deja la luz.


Este gesto no solo es práctico —protege la mecha, reduce el humo y evita accidentes—, sino que también se convierte en una forma de honrar el fuego, ese aliado ancestral en nuestras prácticas botánicas, rituales y momentos de introspección.

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